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SOCIEDAD

¿Estados Unidos como modelo de Democracia?

Martes 07 de Julio del 2015 a las 15:09


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Estados Unidos es una de las sociedades más plagada de tabúes y prácticas intolerantes que se suman a un alto grado de criminalidad, pero que tiene un eficiente sentido de marketing para saber vender y proyectar una imagen bien distinta que muchos compran.

A menudo se pone a este país como modelo de democracia y al que algunos países de nuestro entorno ponderan como el más abierto y del que deberíamos copiar.

Su sistema bipartidista no ha sufrido cambios a lo largo de la historia. A lo largo del pasado siglo y el presente, esta ha sido la norma excepto la irrupción temporal de una tercera fuerza política que trato sin éxito de retar el control tradicional de republicanos y demócratas.

Siempre se ha querido trasladar la idílica impresión de que con el bipartidismo en EE.UU.,  funciona un sistema ideológicamente equilibrado, pero en realidad y sin distinción de lo que está pasando en algunos países europeos incluido el nuestro, apenas son matices lo que diferencia a demócratas y republicanos y su versión europea entre conservadores y socialdemócratas.

Los requisitos para participar en cada elección, son cada vez más exigentes, propiciando así que cada vez más ciudadanos tengan más dificultades para ir a votar, lo que parece ser mejor para las élites del poder mientras los límites se modifican caprichosamente con el único interés de favorecer a candidatos que no representan a las minorías, convirtiendo el Capitolio en un club de millonarios más que una Cámara de Representantes.

Según un informe norteamericano del “Centro para la Política Responsable” 268 de los 534 miembros del Congreso, tienen unos ingresos pro medio de un millón de dólares año. Según un sondeo un 53 % de los votantes no se sienten representados por esos dos partidos, razón por la que rara vez la participación supera el 50% de participación. No son tanto las ideas y la consagración popular como las cifras millonarias que se gastan para impulsar su nominación. Se calcula que un puesto en el Senado puede acarrear unos 10 M. de dólares de media y no digamos los cargos a Gobernador o a la misma Presidencia.

Todo esto explica la alta abstención y porqué se eligen presidentes que representan tan solo a un 25 ó 30 % del electorado. El dinero y el favoritismo de los lobbies es quien realmente dicta quién gobierna y quién no.  

Por poner un ejemplo en cifras, en 1996 los costos de las presidenciales rozaron los 450 M de dólares. En el 2000 ese monto ascendió a 650 m. de dólares y en el 2004 a más de mil millones.

Algunos aun recordamos lo que pasó a Georges W. Bush en las elecciones del 2000 cuando el Colegio Electoral compuesto por 538 personas determinó su victoria supervisando a trasluz las papeletas del Estado de Florida, lo que supuso una gran frustración y descontento popular y la risión internacional.

Esto es lo que le pasa al “Campeón de la Democracia”. Por suerte aquí aún no hemos llegado a esos límites.

Juan Luis Vallina Ariznavarreta

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